Hablemos del efecto látigo en las cadenas de suministros

Los productos sufren de distintas fluctuaciones en su ciclo de vida. Estas se condicionan por diversos factores. Uno de los más importantes tiene que ver con la demanda, que se encuentra en constante variación. Las consecuencias de las variaciones de la demanda en el ciclo de vida de los productos es algo que, hoy en día, recibe el nombre de efecto látigo.

¿Por qué efecto látigo?

 

Se ha elegido este término para estos casos, puesto que es un pequeño movimiento en una parte del cuerpo el que puede provocar un muy amplio movimiento en la otra punta. No obstante, para entender su funcionamiento, debemos conocer un poco cómo se desarrolla, cuáles son sus causas y los efectos que esto suele tener sobre las empresas.

¿Qué provoca el efecto látigo?

 

Podemos encontrar diferentes causas del efecto látigo. Hoy en día, la oferta y la demanda varían considerablemente todo el tiempo. Los eslabones que se tienden a ver más afectados, en la cadena de suministros, cuando sucede el efecto látigo son los clientes, los distribuidores y también las empresas y productores.

Existen formas de evitar que esto suceda y afecta a los anteriormente citados factores. Se trata de basar la reposición de los productos en el funcionamiento de la demanda. Además, en caso de haber faltante de algún producto, existe la posibilidad de recurrir a las reservas que se pueden tener solamente en algunos puntos de la cadena de suministro. Cuando la empresa basa su planificación de productos en la oferta, el efecto negativo se puede ampliar considerablemente. Esto se debe a que, por lo general, se adquiere un stock que es mucho más amplio de lo que en realidad se está necesitando. Lo que ello genera es que algunos productos indefectiblemente no lleguen a venderse, quedando en stock por mucho tiempo. Este stock que permanece durante una gran cantidad de tiempo hace que el costo de almacén aumente.

Tampoco se trata de conseguir un stock que sea demasiado bajo, puesto que esto puede incidir en la calidad del servicio que se ofrece a los clientes y, por tanto, en la percepción que estos tengan respecto del negocio.

¿Cómo optimizar la cadena de suministros y reducir los efectos negativos?

 

Lo primero que se debe hacer es comenzar a tener un control de la estimación de demanda. En este sentido, se deben adquirir herramientas para que la estimación de demanda sea lo más cercana a la realidad posible. Pero, además, se debe controlar que las provisiones sean flexibles. Una forma de hacerlo es solicitando lotes pequeños, una mayor cantidad de veces, en lugar de solicitar lotes grandes de una vez, cuyo stock pueda quedar guardado por falta de demanda.

Como hemos dicho con anterioridad, el efecto látigo afecta a los distintos sectores de la cadena de suministros. Si lo que se quiere es reducir las posibilidades de que esto suceda, es clave mantener una comunicación integral con todos los sectores de la cadena. Se recomienda generar una información que circule adecuadamente y que sea común a todos los miembros, para que puedan estar al tanto de la situación en todo momento y plantear estrategias comunes. Pero, además, es importante reducir al máximo el tiempo que trascurre desde que se pide una orden de compra de un producto hasta que este se entrega. Se trata de algunas estrategias a tener en cuenta para evitar y reducir el impacto de un posible efecto látigo vinculado a la demanda en el sector de la logística.

 

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