En la actualidad, la carretilla elevadora constituye una herramienta fundamental en diversos rubros industriales y comerciales. Pero su utilización no es reciente, sino que se trata de un tipo de maquinaria que trae consigo una amplia historia de desarrollo.
Las carretillas elevadoras en la historia
Según determinan los registros, se ha dado cuenta del surgimiento de la primera carretilla (o montacargas) en el año 1851, por parte de Waterman. Entonces, esta consistía en una plataforma unida a un cable. Con el paso del tiempo, estos desarrollos entonces rudimentarios darían lugar, hacia fines del siglo XIX, a plataformas móviles de madera óptimas para que se instalen en ellas polipastos.
Sería hacia 1913 que aparecerían por primera vez carros ya capaces de movilizarse a través de motores eléctricos, cuya fuente de energía eran las baterías. Podemos reconocer, entonces, el surgimiento de la primera carretilla elevadora como las conocemos en el año 1915. Eran ya entonces plataformas capaces de trasladar mercadería u otros bienes de manera tanto horizontal como vertical.
Peor fue en el año 1917 que tendría lugar una verdadera revolución en el desarrollo de las carretillas elevadoras, con Clark. En ese año, Clark daba lugar a la posibilidad de que un operario pudiese controlar el movimiento de la carretilla estando sentado en el interior de ésta. A partir de entonces, la empresa fue innovando y dando lugar a nuevos y potentes desarrollos en materia de carretillas elevadoras. En la actualidad, permite acceder a carretillas que funcionan a partir de sistemas de combustión interna, como así también a otras que funcionan por medio de energía eléctrica. Se trata de elementos que han ganado jerarquía en el mercado debido a su calidad y su innovación tecnológica.